CONSEJOS PARA PREPARAR UN VIAJE (PARTE II)

PLANIFICACION DE LA RUTA

Todos los puntos de un viaje son básicos, pero debemos tener claro y ser conscientes de que una mala planificación, un mal equilibrio de la ruta o el no seguir unas pautas de previsión correctas pueden dar al traste con el viaje. Así, es muy importante preparar el itinerario o ruta a seguir durante el viaje y el transporte que vamos a emplear en cada etapa, haciendo una planificación realista respecto a los días disponibles y los lugares a visitar. Evidentemente, durante nuestro viaje, este itinerario puede ser variado por propia voluntad o por causa de fuerza mayor, pero siempre es bueno tener un guión antes de salir de casa para evitar problemas causados por la improvisación.

Lo primero que podemos hacer es una lista con los lugares a visitar que consideramos imprescindibles, lugares a los que no estamos dispuestos a renunciar; y otra lista con aquellos que también nos gustaría visitar, pero que, en caso de necesidad, podemos recortar para ajustar el tiempo disponible.

Debemos intentar no ser demasiado ambiciosos y querer comprimir el tiempo al máximo. Pensad que es preferible ver menos cosas, pero disfrutarlas de verdad y tener más tiempo para asimilarlas. El viaje no debe ser una maratón. No se trata de coleccionar lugares o países.

Para preparar cuidadosamente la ruta necesitamos conocer el tiempo mínimo necesario para visitar cada lugar, así como el transporte disponible, su frecuencia y la duración del trayecto para ir de un lugar a otro. En cuanto a los traslados de una etapa a otra, debemos tener en cuenta que no en todos los países los transportes salen puntuales y/o de manera regular, además de que por diferentes circunstancias (clima, estado de la mar,…) pueden haber cambiado, no teniendo en nuestro poder la información más actualizada.

La ruta planificada debe ser racional, intentando minimizar las distancias a recorrer, y lo suficientemente flexible para que, en caso de imprevistos como los mencionados con los transportes, dispongamos de cierto margen de maniobra. Habrá casos en los que a pesar de tomar todas las precauciones posible, las cosas no salgan como las habíamos previsto. Deberemos tomarnos las cosas con tranquilidad y ser positivos, ¡gajes del viaje!

Un punto importante en el trazado de nuestro itinerario es el alojamiento. Debemos tener previsto dónde pasaremos la noche cuando lleguemos al lugar donde finaliza una etapa, además de por lo evidente de no pasar la noche al raso, por poder controlar el presupuesto que gastaremos en ello. Dependiendo de las fechas y a menos que sea temporada muy baja y sepamos que no tendremos problemas de alojamiento, mi consejo es que si no hemos elegido los alojamientos desde el inicio, destinemos un tiempo a intentar en la medida de lo posible reservar el alojamiento del día siguiente. Quizás esto haga que perdamos flexibilidad, pero también es muy probable que evitemos disgustos o una mayor pérdida de tiempo para el día o días siguientes. Contratiempos que suelen pasar en temporada alta, cuando la ocupación es altisima y vale la pena tenerlo todo atado, a mi parecer antes de salir, a no ser que dispongamos de unas largas vacaciones.

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